INTRODUCCIÓN
La Pandemia, como toda gran crisis global que se precie, ha puesto patas arriba nuestra percepción del mundo. Habíamos oído hablar de pestes terribles, de crisis climáticas seguidas de espantosas hambrunas, de terroríficas guerras mundiales con millones de muertos, pero lo percibíamos lejano en el tiempo y nos sentíamos invulnerables rodeados de edificios inteligentes, vehículos poderosos, cámaras de seguridad, satélites artificiales, medicina robotizada, inteligencia artificial y todo tipo de artefactos inventados por el ser humano para transmitirnos una falsa sensación de seguridad. Mira tú por donde, ha tenido que venir el más pequeño de los seres vivos, tan pequeño que sólo puede verse con la ayuda de un microscopio electrónico, para bajarnos los humos, darnos una bofetada de cruda realidad y recordarnos lo insignificantes y vulnerables que somos. Tan vulnerables, que hemos tenido que volver a los métodos de la edad media para contener la propagación de la enfermedad.