lunes, 28 de diciembre de 2015

El primer prostíbulo de Corral de Almaguer

 (Extracto del libro Grandezas y Bajezas de la aristocracia corraleña del siglo XVI)


  A pesar de la idea de represión y fanatismo que solemos tener de la etapa medieval, fruto en gran medida de la visión del mundo que nos han legado las películas de este género, la realidad es que desde los siglos XII y XIII se fue instalando en las mentes de las autoridades religiosas y seglares de Castilla, un concepto de tolerancia hacia la práctica de la prostitución, que acabó por considerarla como un “mal menor” necesario para el “bien común” y el mantenimiento del orden social. La aceptación del comercio del sexo se encontraba tan extendida entre todas las capas de la sociedad, incluido el clero, que los teólogos no tuvieron más remedio que hacer encaje de bolillos para intentar justificar esta práctica -a todas luces reprobable desde el punto de vista religioso- dentro de la filosofía que marcaba la cruda realidad. Es por eso que llegaron a la ambigua conclusión de prohibirla totalmente por el derecho divino, mientras sólo se reprobaba y pasaba de puntillas o “con disimulo“ por el derecho canónico. En resumidas cuentas, uno de esos galimatías contradictorios tan utilizados por las autoridades eclesiásticas de todos los tiempos.