De entre los numerosos secretos y
enigmas que Corral de Almaguer aún esconde entre sus viejos muros y legajos a
la espera de ser descubiertos y expuestos a la luz, ocupa un lugar de
excepción, o quizás deberíamos decir ocupaba, pues desgraciadamente desde el
año 2006 ya no se encuentra en nuestra localidad, un pequeño cuadro que colgaba
de una de las paredes interiores del coro alto del Monasterio de Clausura. Al
encontrarse instalado en la zona de reclusión de las religiosas, no era visible
para los fieles que acudían a la liturgia diaria, por lo que sólo cuando se
entraba en el interior del recinto monacal -con el permiso del Obispo- era
posible contemplarlo en todo su esplendor.