martes, 26 de diciembre de 2023

 La Universidad de Salamanca en Corral de Almaguer

(La casa del Colegio Mayor de San Bartolomé)

Escudo de don Diego de Anaya
 como Obispo de Cuenca

La tradición oral, qué duda cabe, constituye un elemento fundamental a la hora de recoger la historia y la cultura de los pueblos. Sin embargo, no debemos obviar que esa tradición se encuentra con frecuencia contaminada por los lógicos errores de la trasmisión boca a boca a lo largo de los siglos y por una serie de noticias, leyendas e historias de dudosa fiabilidad y poca base científica, que únicamente pretendían ensalzar y engrandecer el supuesto pasado glorioso de los pueblos, muy en línea con los ideales románticos del Siglo XIX.

Fruto de esa tradición oral poco rigurosa, pero con apariencia de veracidad, era la creencia generalizada de que la Casa del Balcón de Madera, situada en la Calle de los Collados, en cuya fachada luce el escudo de un obispo, había sido morada del prelado Martín Gasco, fundador de la capilla de la Magdalena en la iglesia parroquial y del Colegio del mismo nombre en Salamanca. Más aún, tirando de no poca imaginación, esa misma tradición oral nos narraba sin pudor alguno que desde ese balcón el obispo veía pasar los toros que se lidiaban en la plaza durante las fiestas de la función, sin tener en cuenta que en las fechas en que vivió el obispo no existían tales fiestas, ni la Virgen de la Muela era aún patrona de la localidad.

La Casa del Colegio de San Bartolomé
en los años 80
La mejora en la accesibilidad a los escritos y documentos que componen los archivos españoles, nos ha permitido verificar que se trataba de un ejemplo más de inexactitud histórica inventada y adornada por el cronista local del momento, que los historiadores de Corral de Almaguer dimos por buena confiados en la seriedad de nuestros antecesores, a pesar de observar cierta falta de concordancia entre el escudo de la fachada y el de la Capilla de los Gascos.

Enfrascados como estábamos en el estudio de documentos más relevantes para nuestra historia, dejamos pasar el tema durante décadas, hasta que ciertos papeles relativos a la desamortización de Mendizábal y el manuscrito de don Gorgonio, vinieron a confirmar lo que ya sospechábamos con anterioridad: que la casa del balcón de madera nunca perteneció al obispo Martín Gasco, sino a la Universidad de Salamanca y más concretamente al Colegio Mayor de San Bartolomé, llamado “el viejo” por ser el más antiguo y prestigioso de aquella ciudad. En dicho colegio estudiaron los personajes más relevantes de su tiempo, incluidos el Cardenal Cisneros, Nebrija (creador de la gramática castellana), San Juan de Sahagún, el obispo Diego Ramírez de Villaescusa (de madre corraleña) fundador del Colegio Mayor de Cuenca en Salamanca, Luis Briceño que fue rector del mencionado colegio y constructor de la capilla de los Briceños en la iglesia parroquial y el propio Martín Gasco, maestrescuela de la catedral de Sevilla, obispo "electo" de Cádiz  y causa de la confusión aquí recogida, que instituyó el Colegio Menor de Santa María Magdalena también en Salamanca.

La Casa del Colegio de San
Bartolomé en la actualidad

Debemos aclarar, no obstante, que al contrario de lo que piensan la mayoría de las personas que visitan Salamanca, la Universidad no estaba formada únicamente por el edificio en cuya espectacular fachada plateresca los turistas buscan una rana y que se corresponde con las escuelas mayores, sino por una serie de Colegios Mayores y Menores repartidos por la ciudad que otorgaban unos el grado de licenciatura y doctorado, y otros el de bachiller. El más prestigioso de todos ellos era el Colegio Viejo de San Bartolomé, fundado en 1401 por don Diego de Anaya y Maldonado, instructor de los hijos del rey Juan I de Castilla (futuros Enrique III el doliente y Fernando I de Aragón). Su cercanía a la corona y su demostrada valía, lo promovieron al Obispado de Tuy, más tarde al de Orense, después al de Salamanca, posteriormente al de Cuenca y finalmente al Arzobispado de Sevilla. Fue además embajador de Castilla en el Concilio de Constanza (que trató de poner fin al llamado Cisma de Occidente causado por la presencia de hasta tres Papas a la vez) y también presidente del Consejo de Castilla, uno de los cargos más poderosos del reino.

Durante su etapa como obispo de Cuenca (1407-1418) Anaya se dedicó a reforzar la sostenibilidad económica de su colegio, obteniendo numerosos privilegios y beneficios eclesiásticos de los Papas Benedicto XIII y Martín V en los lugares más prósperos de su diócesis, especialmente en Corral de Almaguer, El Provencio y Requena. Por esa misma época se construyó también el primitivo edificio del Colegio Mayor, en unos terrenos situados frente a la Catedral de Salamanca (actual Palacio de Anaya).

Detalle del Patio de la Casa
del Siglo XVI

En Corral de Almaguer, el Papa Luna obsequió al colegio de San Bartolomé con la cuarta parte de todos los frutos obtenidos por la Encomienda de Monreal (la más rica y opulenta de la villa), que se beneficiaba de la décima parte de todos los cereales cultivados en la población, así como del diez por ciento de todo el vino, corderos, cabritos, lana, queso, azafrán etc… Gozaba también el colegio de una beca o “prestamera” costeada por el estamento eclesiástico de la localidad, destinada a sufragar los estudios de un futuro sacerdote (beca de la que se benefició en su momento el obispo Martín Gasco).

Puerta de la calle con
el escudo de Anaya

Para almacenaje de todo ese grano y elaboración del vino, el Colegio compró en 1556 un terreno donde edificar la presente casa, dotándola de vivienda, oficinas, bodega, graneros y almacenes para la lana, quesos, corderos etc… El Colegio nombraba cada año a un administrador eclesiástico para controlar las entradas de productos y la venta de los excedentes de trigo y vino, y éste nombraba a su vez a un casero o mayordomo encargado del mantenimiento de la casa y sus dependencias. Dicha casa se encontraba presidida por un amplio y alargado balcón cubierto de madera en voladizo (más propio de la arquitectura conquense), que ocupaba todo el ancho de la fachada principal y que alojaba un curioso escudo en piedra de Don Diego de Anaya y Maldonado como obispo de Cuenca. Debajo del balcón, un recio portón de madera con un bellísimo claveteado renacentista, servía de única entrada. El interior se organizaba en torno a un típico patio de columnas del Siglo XVI, con corredores abalaustrados de madera en su parte superior, tabicados posteriormente para evitar el frío, que delimitaba una parte anterior administrativa y una parte posterior de graneros, bodega y almacenes, con salida a un callejón trasero.

Uno de los antiguos almacenes
sabiamente restaurado

La Casa fue subastada durante la regencia de María Cristina en la desamortización de Mendizábal (1836) y comprada por el alcalde constitucional de Corral de Almaguer Cecilio López, que la mantuvo en su estado original al igual que sus herederos (señorita Soledad). Tras el fallecimiento de ésta última, los nuevos herederos pusieron en venta la casa a mediados de los 80 y la dividieron en tres partes para facilitar su compra, perdiéndose la espectacular bodega, los graneros con sus grandes arcos y el impresionante portón de la entrada con su claveteado renacentista, que fue vendido a los anticuarios.

En la actualidad, la parte noble de la casa ha recuperado buena parte de su esplendor, tras la intervención llevada a cabo por su actual propietario, Manuel López, en el gran balcón de madera en voladizo que da personalidad al edificio, así como en el patio de columnas y en algunas estancias y almacenes. En dicha intervención, se puso también en valor una bellísima puerta con el escudo del obispo Anaya en relieve, que se encontraba en el interior de la casa y que sirve en la actualidad como puerta principal de entrada.


El Colegio de San Bartolomé (actual Palacio de Anaya y facultad de filosofía).
frente a la Catedral de Salamanca


Escalera principal del Colegio de San Bartolomé


Rufino Rojo García-Lajara (noviembre de 2023)





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