Introducción
En el presente artículo de
investigación, vamos a intentar arrojar algo de luz sobre otro de los enigmas
más entrañables de Corral de Almaguer, con la esperanza de que una vez demostrados
sus antiquísimos orígenes, sea reconocido y puesto en valor como pieza
fundamental de nuestro pasado y protegido de la acción de los seres humanos
mediante algún cristal o pantalla transparente. Me estoy refiriendo al
desgastado relieve de alabastro que desde hace cinco siglos viene adornando el
recinto de la ermita y que de forma ritual todos hemos besado y tocado en más
de una ocasión, confiados en que besábamos una imagen de la Virgen con el niño
y no una Piedad.
Algo lógico por otra parte, si tenemos en cuenta el grado de deterioro que presenta el grupo escultórico, fruto no tanto del abandono de los siglos y las inclemencias del tiempo, como de la acción continuada de los seres humanos.
Pero para introducirnos en el tema, debemos resolver antes otros enigmas relacionados con los orígenes y el porqué de la abundante presencia de este culto a la Piedad o “Quinta Angustia” tan Centroeuropeo, en los pueblos de nuestra comarca.
Orígenes de la
iconografía de la Piedad
Piedad de Roettgen (Alemania). Siglo XIV |
Piedad de Lubiaza (Polonia). Siglo XIV |
Esa identificación del pueblo con
la representación de la Piedad, va a incidir de forma muy positiva en la rápida
expansión de esta iconografía por el resto de Europa (especialmente Francia) y
en el profundo arraigo con el que se afianzó entre las distintas clases
sociales. En consecuencia, a partir del siglo XV la Piedad o Quinta Angustia se
convirtió en una de las imágenes más queridas y veneradas, comenzando a
tallarse en retablos, tímpanos y sepulcros de buena parte de las iglesias
españolas.
La Piedad desde el punto de vista artístico
Piedad tipo Vesperbild inicios del siglo XIV |
Virgen de las Angustias de Juan de Juni (Valladolid) |
Piedad de Gregorio Fernández (Museo de Escultura de Valladolid) |
Ya en el siglo XX y sin dejar de
lado el estilo clasicista de la iconografía, la obra más espectacular es quizás
la monumental Piedad realizada por Juan de Ávalos para la basílica del Valle de
los Caídos
Piedad de Juan de Ávalos de la Basílica del Valle de los Caídos |
La iconografía
de la Piedad en la antigua comarca de Almaguer
Ermita de la Piedad de Quintanar de la Orden |
El interrogante que surge
entonces, es el siguiente: ¿Cómo y cuándo se propagó esta advocación
mariana de orígenes tan lejanos, entre los pueblos de nuestra pequeña comarca
manchega?
Dejando a un lado la estudiada y puntual presencia de artistas hispano-flamencos en las villas de Villaescusa de Haro y Belmonte como consecuencia directa de los encargos de sus respectivos mecenas (el Obispo Diego Ramírez de Villaescusa y el Marqués de Villena), la respuesta a nuestra pregunta nos la proporcionan los grandes estudiosos del tema: A través de las ferias
A finales del siglo XIII y
comienzos del XIV, y después de la pacificación definitiva de estas tierras
tras la batalla de las Navas de Tolosa, un gran movimiento colonizador se
extendió por las pequeñas aldeas mozárabes situadas dentro del alfoz de Almaguer
(cabeza fronteriza durante la reconquista -junto al alfoz de Mora- de los
territorios cristianos de la Orden de Santiago). El propio Almaguer primero,
reconvertido en el nuevo Corral de Almaguer; seguido por Magaceda y Chozas que
pasarán a formar Villamayor; Alcardet y Gúzquez que se convertirán en
Villanueva de Alcardete; el Quintanar, que reagrupó sus casas de campo para
formar una población con el mismo nombre; la Puebla de la Isla, que pasará a
nombrarse como la Puebla de don Fadrique y Almuradiel, que se refundará con el
nombre de Puebla de Almoradiel, se irán emancipando poco a poco hasta
convertirse en villas independientes.
Confirmación de las ferias por los Reyes Católicos |
Y es que debemos tener en cuenta
que a estas grandes concentraciones comarcales, en las que se movían ingentes
cantidades de dinero y cuyo objetivo principal era la compraventa de ganado y
lana, acudían todo tipo de mercaderes y artesanos tanto nacionales como
extranjeros, dispuestos a dar salida y beneficiarse de parte de ese dinero. Era
un acontecimiento lúdico (feria significa fiesta) donde se podía encontrar
absolutamente de todo y para todos los bolsillos. A las ferias acudían personas
de todos los pueblos de alrededor y clases sociales, convirtiendo el evento en
el gran acontecimiento del año. Era el momento de renovar todo tipo de
utensilios domésticos y herramientas de labor, comprar cerámicas de variadas
formas y volúmenes, hacerse con miel, vino, aceite y especias para la
conservación de los alimentos y elaboración de los embutidos, adquirir hierbas
medicinales para todo tipo de dolencias, comprar paños de lana y pana para
confeccionar los hatos diarios de la familia y los de los domingos, adquirir
algún par de zapatos nuevos, hacerse con objetos de cuero o cordobán,
quincalla, platería y bisutería, en fin, comprar y vender todo lo imaginable en
aquellos tiempos, pero sobre todo esos objetos que no se encontraban
habitualmente en los pueblos. Ni que decir tiene que con tanto movimiento de
dinero, las ferias eran también los lugares preferidos por saltimbanquis,
cómicos de carreta, sanadores, pícaros y buscavidas en general.
Retablo hispano-flamenco de Villaescusa de Haro |
No olvidemos tampoco que a las ferias llegaban maestros escultores, tallistas, e imagineros nacionales e internacionales, dispuestos a demostrar su talento a aquel que lo pudiera pagar. Y cuando el resultado era del agrado de los presentes, no solían faltarle al artista nuevos encargos entre vecinos adinerados de las poblaciones aledañas. Esta fue otra de las formas de difusión de los nuevos estilos artísticos entre los pueblos de la comarca y la causa de que podamos encontrar en nuestras localidades: retablos, enterramientos o esculturas de inspiración flamenca, alemana o francesa.
El relieve de alabastro de la Piedad de Corral de Almaguer
Respecto del relieve de alabastro
que justifica este trabajo de investigación, recoger que se trata del único
vestigio de la primitiva iglesia de Corral de Almaguer que ha llegado hasta
nuestros días. A pesar de su avanzado estado de deterioro, podemos observar que
se trata de una placa de alabastro translúcido blanco-rosado de considerable grosor y medidas
aproximadas de 50 x 70 cms, en el que aparece tallado un hermoso y antiguo
grupo escultórico compuesto por una Piedad o Quinta Angustia (terriblemente
desgastada y mutilada) coronada por dos ángeles de mediano tamaño y factura
gótica. La Virgen María, como figura principal, aparece vestida con toca y
amplios mantos, que descienden de arriba abajo conformando una disposición
triangular. Sostiene sobre sus rodillas el cuerpo de su hijo muerto, si bien
con dimensiones muy reducidas en comparación con la madre, al estilo de las
primeras Vesperbilder alemanas. El cuerpo de Cristo, por su parte, aparece
tendido de derecha a izquierda y en forma ligeramente descendente, sujeto por los brazos de la Virgen y con las piernas flexionadas en un ángulo de noventa
grados. Presenta el brazo izquierdo recogido sobre el vientre, mientras el
derecho –desaparecido- caía por su propio peso sobre los mantos de la Virgen.
A la izquierda relieve actual. A la derecha el mismo relieve con algunas reconstrucciones idealizadas |
Aunque las facciones de la cara
de éste último se encuentran también prácticamente borradas, se pueden apreciar
aún ligeros detalles de disposición del pelo, barba y corona de espinas, que
nos permiten deducir que la cabeza se encontraba orientada hacia arriba y al frente,
al igual que el torso, mostrando con toda crudeza las heridas de la Pasión. El
conjunto se encuentra rematado en su parte superior por dos ángeles góticos de
buena factura y media melena, ataviados con túnicas ceñidas al talle, que
sostienen con una mano una gran corona sobre la cabeza de la virgen y con la
otra un gran velo o lienzo que enmarcaba la figura de María por detrás. A pesar de que el grado de deterioro nos impide valorar con fiabilidad la calidad de la talla, tanto
la disposición geométrica de los pliegues, como la distribución de los
personajes y el aspecto de los ángeles, nos hacen pensar en una indudable obra
flamenca o hispano-flamenca del último tercio del siglo XV, que en sus orígenes debió estar dorada y policromada.
Origen y
evolución del relieve de alabastro de la Piedad
Ejemplo de retablo y sepulcro hispano-flamenco. (Ciudad Real) |
La primitiva ermita con el relieve de la Piedad encima de la puerta |
Sea como fuere, lo cierto es que
el relieve de la Piedad emigró de la iglesia a la ermita de la Virgen de la
Muela en la primera mitad del siglo XVI y en el año 1555 era descrito de la
siguiente manera: “… Tiene (la ermita) las puertas de
madera, e un arco de yeso con una imagen de Nuestra Señora de alabastro, e un
cobertizo encima de la dicha imagen con seis o siete tirantes… ”.
El relieve de la Piedad durante el siglo XVI |
Otras
manifestaciones de la iconografía de la Piedad en Corral de Almaguer
Como sede de las dos importantes
ferias de las que hablábamos anteriormente y como segunda población en
importancia del priorato de Uclés (después de Ocaña, residencia de los
Maestres), Corral de Almaguer se convirtió durante el siglo XV y comienzos del
XVI, en el principal foco difusor de las nuevas corrientes artísticas provenientes
de Centroeuropa que hacían furor en la España de los Reyes Católicos y que
acabarían por extenderse a los pueblos de alrededor. Es por ello que, además del
relieve de alabastro que justifica estos escritos, en Corral de Almaguer existieron
otras representaciones, tallas y edificaciones relacionadas con la Piedad.
El Humilladero de la Piedad
o Cruz de Juan Freyre. Se trataba
de una pequeña ermita-humilladero situada, como solía ser costumbre, a las afueras
de la localidad, coincidiendo con el arranque de alguno de los caminos que
partían de la población -en este caso el de Villanueva de Alcardete-. Fue erigido
alrededor del año 1470 por el caballero de Santiago y comendador ocasional de
la villa Juan Freyre, en el estilo gótico flamígero de la época y sus ruinas
permanecieron en las eras altas hasta la década de los ochenta del pasado
siglo, en que fueron utilizadas para la construcción de unas cercanas viviendas
de protección oficial. En su momento sobresalía en su interior una gran cruz de
alabastro tallada en el mencionado estilo gótico, con las imágenes de la Virgen
y San Juan a los lados.
La Quinta Angustia en el altar de la ermita de San Sebastián.
En el año 1515, el altar de la ermita de San Sebastián era descrito de la
siguiente manera: “… Tiene una capilla redonda con sus paredes de
yeso, maderada e cubierta de madera de pino labrado. Tiene un altar, y en él
está colgado un paño pintado de la quinta angustia y la imagen de San
Sebastián. Y abaxo en el altar, está una imagen de Nuestra Señora de bulto con
una camisa labrada e unas faldillas blancas e otras coloradas. E hay una imagen
de San Sebastián de bulto. Está el altar con sus manteles limpios e una palia
con una cruz negra e un frontal de lienzo pintado y en las gradas una alhombra
vieja…”
El retablo de la Piedad de don Alonso López Carbonero. Entre
los años 1520 y 1530, el sacerdote de la localidad Alonso López Carbonero,
fraile también de la Orden de Santiago y miembro de una importante familia, mandó
tallar el retablo renacentista de la Piedad situado durante siglos entre el
altar mayor y la capilla de los Collados. Este retablo era conocido entre la
gente del pueblo como el retablo de San Felipe y Santiago, por destacar en él
la figura de estos dos apóstoles.
La talla de la Piedad del retablo de los Collados. En el año
1535 doña María de Alarcón, mujer de don Gonzalo Collado (muerto en la guerra
de las comunidades) mandó erigir en la capilla familiar un bello retablo
renacentista dedicado a María Magdalena. Dicho retablo se encontraba coronado
en la parte superior por una pequeña talla de la Piedad que, junto a otros
relieves y tallas procedentes del retablo, se conservan en el pequeño museo
parroquial.
El Frontal de altar de la capilla de los Ayllones. A finales
del siglo XVI, la capilla fundada por el comendador Juan de Ayllón incluía entre
sus pertenencias: “… Un frontal viejo de tapicería con la quinta
angustia, y otro de raso verde con frontalera carmesí y un hábito en medio… "
El cuadro de la Piedad de la ermita de la Virgen de la Muela.
Por esas mismas fechas, entre los bienes de la ermita de Ntra. Sra. De la Muela
se recogía: “… Un quadro grande en que está
Nuestra Señora de la Leche con una cortina de tafetán carmesí y red de hilo, otro
más pequeño de un Ecce Homo e otro de Nuestra Señora de la Piedad… “
La Piedad en los pueblos de alrededor de Corral de Almaguer
Si grande fue la aceptación que
obtuvo la iconografía de la Piedad en Corral de Almaguer, los pueblos de
alrededor no sólo no le fueron a la zaga, sino que incluso lo superaron con
creces en cuanto a fervor e identificación de sus gentes con el terrible dolor de
la madre ante el cuerpo de su hijo muerto. No es casual que tanto Villanueva de
Alcardete como el Quintanar encumbraran esta representación a sus respectivos
patronazgos religiosos, o que en prácticamente todas las localidades del
entorno se verifiquen antiguas representaciones pictóricas, esculturas, e
incluso viejas ermitas alusivas a la Piedad o Quinta Angustia.
Recreación del enterramiento de Cabezamesada |
Como podemos apreciar, la
aceptación por el pueblo llano de esta nueva iconografía procedente de
Centroeuropa fue espectacular en toda la comarca. Sin embargo, el paso del
tiempo, el abandono y la acción de los seres humanos, se encargaron de relegar
al olvido, cuando no a la destrucción, la mayoría de las mencionadas obras de
arte. Sólo dos bellas y antiguas tallas de la Piedad sobrevivieron a la incuria
de los tiempos en las localidades de Cabezamesada y Villanueva de Alcardete y
son de las que hablaremos a continuación.
La Piedad de Cabezamesada
Piedad de Cabezamesada |
Obedecería pues al último gótico
hispano, conocido como flamígero o isabelino, surgido tras la llegada de los
maestros alemanes y flamencos a Castilla (Toledo y Burgos) a mediados del siglo
XV. Se trata por lo tanto de una obra tardía (comienzos del siglo XVI), llevada
a cabo muy probablemente por algún discípulo de la escuela hispano-flamenca de
Toledo, aunque dejando entrever los nuevos influjos renacentistas italianos en la
gruesa y acolchada indumentaria que cubre la parte superior de la saya de la
Virgen y en la ausencia de manto. Tanto en la parte posterior de la cabeza de la Virgen como en la del Cristo, se pueden apreciar aún los restos de las cresterias góticas que adornaban la parte superior del sepulcro nobiliario (macolla) y de la que formaba parte la presente escultura.
Piedad de Cabezamesada con fondo rojo. |
Al lado del evangelio de la dicha
capilla está un arco en donde están unos bultos de alabastro del comendador
Alonso Ramírez y su mujer doña Isabel de Garnica, difuntos. Tienen encima del
arco una imagen de la Piedad… “.
Con el tiempo y el paso de los siglos, el sepulcro fue trasladado por la familia a la vieja ermita del Nuestra Señora del Castillo, donde en 1912 era descrito por el Conde de Cedillo en los siguientes términos: En la antigua ermita de la Virgen del Castillo, hoy cementerio, se encuentra un monumento funerario en marmol blanco.
Ábrese, en lo que resta del ábside de la derruida ermita, una profunda hornacina de arco carpanel con labores en los capitelillos que lo reciben. Resguardados por la hornacina, aparecen los bultos de cuerpo entero y tamaño natural, de un varón y una dama. Él es un caballero santiaguista que trae, birrete, manto, arnés entero, cota de malla y espada. Cúbrese ella con una especie de monjil y amplia vestidura. La urna sepulcral o sarcófago, descansa sobre tres leones. En su frente vense dos escudos nobiliarios sostenidos por sendas parejas de ángeles. En el borde va en letra alemana minúscula, la siguiente inscripción: "aqui yace el onrado caballero A. Ramires, el qual.... (sigue la inscripción ya borrosa o ilegible)..... el estado de conservación de este bello monumento es lamentable.
Con el tiempo y el paso de los siglos, el sepulcro fue trasladado por la familia a la vieja ermita del Nuestra Señora del Castillo, donde en 1912 era descrito por el Conde de Cedillo en los siguientes términos: En la antigua ermita de la Virgen del Castillo, hoy cementerio, se encuentra un monumento funerario en marmol blanco.
Ábrese, en lo que resta del ábside de la derruida ermita, una profunda hornacina de arco carpanel con labores en los capitelillos que lo reciben. Resguardados por la hornacina, aparecen los bultos de cuerpo entero y tamaño natural, de un varón y una dama. Él es un caballero santiaguista que trae, birrete, manto, arnés entero, cota de malla y espada. Cúbrese ella con una especie de monjil y amplia vestidura. La urna sepulcral o sarcófago, descansa sobre tres leones. En su frente vense dos escudos nobiliarios sostenidos por sendas parejas de ángeles. En el borde va en letra alemana minúscula, la siguiente inscripción: "aqui yace el onrado caballero A. Ramires, el qual.... (sigue la inscripción ya borrosa o ilegible)..... el estado de conservación de este bello monumento es lamentable.
La Piedad de Villanueva de Alcardete
Antigua foto de la Piedad de Villanueva de Alcardete. |
En la más pura tradición
centroeuropea, el grupo escultórico de Villanueva de Alcardete presenta una
Virgen joven con rasgos dulces y serenos, que inclina la cabeza hacia adelante
y abajo en actitud de abatimiento y sujeta en sus rodillas el cuerpo inerte de su
hijo. Las facciones de María, un tanto difuminadas por repintes y restauraciones, manifiestan un dolor contenido ante la muerte de Cristo, cuyo cuerpo,
de un tamaño más proporcionado que las primeras imágenes alemanas,
aparece rígido y en disposición casi horizontal, con las manos recogidas sobre el
vientre y las piernas dobladas en ángulo recto. A pesar de que el escultor
pretendía resaltar el “rigor mortis” del cadáver con la rígida disposición de
Cristo sobre las rodillas de su madre, las facciones de éste último, un tanto
difuminadas también por repintes y barnices, aparecen extrañamente serenas y
relajadas, con los signos de la pasión poco pronunciados y ausencia de corona
de espinas. Destaca en el grupo escultórico la bella indumentaria de la Virgen,
cuyos mantos descienden formando estilizados pliegues que conforman la típica
disposición triangular y otorgan volumen al conjunto.
La Piedad de Villanueva de Alcardete en la actualidad |
La iconografía de la Piedad en la actualidad
Una Piedad más actual: El beso de la muerte |
Aunque pueda parecernos sorprendente, la Piedad está más presente que nunca en nuestros días. Y no me refiero a su creciente ausencia en el corazón de los seres humanos (lo del drama de los refugiados y la pasividad de los gobiernos está llegando a límites insoportables de crueldad y deshumanización), sino a su forma iconográfica más pura, es decir: a la imagen de la madre con el hijo muerto en su regazo que en la Europa medieval fue capaz de remover conciencias, y que hoy en día, a base de aparecer diariamente en las televisiones por culpa de las estúpidas e interesadas guerras, no consigue ya provocarnos ni tan siquiera sentimientos de compasión.
Sin embargo, la realidad está ahí, más insistente e insoportable que nunca, para recordarnos la miseria moral del ser humano y su deplorable naturaleza. Vaya esta dedicatoria final para todos aquellos que, de manera egoista y desde el sofa de sus casas, justifican la falta de acogimiento a los refugiados en base a su supuesta pérdida de seguridad y calidad de vida.
He aquí algunas muestras de Piedades actuales de carne y hueso.
He aquí algunas muestras de Piedades actuales de carne y hueso.
Rufino Rojo
García-Lajara. (Enero de 2017)
-Todos los derechos reservados-
(Con mi agradecimiento a Santos Alcolado, párroco de Cabezamesada)
Bibliografía:
AHN. ORDENES MILITARES. Libros de Visitas. Leg. 1.079C.
Visita de Cabezamesada de 15 de mayo de 1515. (fol 564) y Leg. 1.086C. Visita
de 1555 (fol 407).
AHN. ORDENES MILITARES. Libros de Visitas. Leg. 1067C.
Visita de Villanueva de Alcardete de 4 de Marzo de 1493. (fols. 347-352)
CONDE DE CEDILLO. Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo. Dip. Provincial I.P.I.E.T. Año 1991.
CONDE DE CEDILLO. Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo. Dip. Provincial I.P.I.E.T. Año 1991.
CUADRADO GUTIÉRREZ, JOSÉ LUIS.
Iconografía de la Virgen de la Piedad. Revista Átticus Nº 18 y 19 (Junio y
Noviembre de 2012).
DOMUS PUCELAE. Domuspucelae
blogspot.com. Theatrum: La Piedad, el dolor de una joven doncella.
GABARDÓN DE LA BANDA, JOSÉ F. Los grupos escultóricos bajomedievales de
la piedad en la Archidiócesis hispalense. Laboratorio de Arte 10 (1997).
GABARDÓN DE LA BANDA, JOSÉ F. Iconografía medieval en los programas
ornamentales de los espacios funerarios. El caso hispalense. Univ. De Sevilla.
MORALES CANO, SONIA. Símbolos,
formas y espacios de la escultura gótica funeraria en Castilla la Mancha. UCLM:
(2010)
RODRÍGUEZ PEINADO, LAURA: Dolor y
lamento por la muerte de Cristo: La Piedad y el Planctus. UCM, Revista Digital
de Iconografía Medieval. Vol. VII Nº 13.
RODRÍGUEZ PEINADO, LAURA: Virgen
de la Piedad. UCM. Documento 26.310 PDF
Gracias, una vez mas Rufino, por tan laborioso trabajo y magnifica explicación. Un abrazo. J.Enrique Hernández.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminar¿Qué queda del enterramiento de Cabezamesada? ¿Dónde está lo que queda? Sé que estaba en el cementerio y que en 1938 la Comisión de Protección Artística se lo llevó a Madrid. ¿REgresó a Cabezamesada después de la guerra?
Yo me llamo Javier de la Puerta, vivo fuera de España, pero soy de Quintanar de la Orden.
Gracias,
javierpuerta21@gmail.com